Fourth Monarchy – Nocturnal Odes of a Wandering Spirit (Autoeditado, 2 de marzo de 2023)
Tras más de cuarenta años de existencia del metal extremo, de un tiempo a esta parte se ha vuelto muy habitual el retorno de viejas glorias (consagradas o bien truncadas) que sacan disco veinte o treinta años después de su última publicación señalada. El fenómeno también se aplica a formaciones de andadura más reciente y escueta, como los italianos Fourth Monarchy, que desaparecieron tras ofrecer al mundo su primer y único disco hasta hace poco (Amphilochia, 2007), que tanto gustó por aquí. No estamos hablando de un grupo que fuera muy conocido en su primera época, de hecho su escasa producción ha sido reivindicada por muy pocas fuentes hasta la fecha. Tras un cambio de ubicación de Venecia a Bruselas y una nueva incorporación a las voces, pero con el mismo gusto de siempre –tan itálico– por camuflarse tras capas y máscaras, nos llega su largamente anunciado segundo álbum, esta vez autoeditado, como manda el espíritu más libre e independiente.
Estilísticamente no hay demasiada distancia con respecto a lo que podía oírse en el debut de 2007. Encontramos el mismo black metal exuberante con potentes riffs melódicos de guitarra, respaldados por teclados algo menos prominentes que antes y en un formato más concentrado que recuerda un poco a la concisión de Veneror, otro grupo vecino muy similar con el que Fourth Monarchy mantenía lazos estrechos. Lo que sí ha cambiado es la temática esotérica de antes, difuminada en favor de una celebración de la cultura artística europea en general, con canciones compuestas al estilo noventero que apuntan sobre todo a la tradición romántica. A pesar de la primera impresión, es preciso recalcar que no estamos ante un producto nostálgico, sino más bien una continuación de algo que apenas llegó a asomar en la encarnación inicial de la formación. Esta es sencillamente la segunda parte de un disco destacable que ha tardado mucho en llegar.
En el aspecto menos positivo se puede criticar el sonido de una batería muy machacona que no es programada pero lo parece, y afea un poco el conjunto. Las letras también desmerecen un poco, al estar esta vez todas en inglés, interpretadas por un nuevo cantante cuya prestación es bastante monótona y gris, pese a tratarse de un multi-instrumentista veterano de numerosas formaciones del que cabía esperar más. Por fortuna, los recitados en voz limpia que surgen de vez en cuando compensan un poco la apatía de las voces rugidas. En cuanto a los interludios, esta vez aparecen en pistas separadas, lo que quiere decir que son más completos, pero también que se pierde un poco de variedad en los temas más largos. Es en estos donde el grupo destaca por su forma de armar canciones tan compactas y agresivas como sugerentes, manteniendo un equilibrio muy logrado en el contraste entre la exuberancia melódica típica del black metal griego o italiano y el dinamismo nórdico más veloz y cortante.
En el segundo disco completo de esta formación italiana encontramos pues un black metal melódico que funciona gracias a unos riffs sólidos y muy llamativos que soportan el peso del conjunto, con melodías de guitarra altamente emotivas que rozan lo empalagoso pero sin llegar nunca a cruzar ese límite prohibido. Los temas suelen cerrarse tal y como empezaron, exhibiendo una estructura cíclica que no impide el desarrollo armónico y el uso del contraste entre riffs contrapuestos para mantener la tensión y otorgar riqueza y variedad a las composiciones. Nocturnal Odes of a Wandering Spirit es un buen disco igual que lo era Amphilochia, sin ser una obrarevolucionaria ni tampoco inesperada, sino sencillamente un álbum bien hecho que sabe expresar con soltura y elegancia las inquietudes e intereses de los músicos que lo han creado.
Escuchando: Blood Oath – 2023 – Lost in an Eternal Silence