Abhorrence – Evoking the Abomination (2000)


Abhorrence – Evoking the Abomination (Evil Vengeance Records, 2000)

[Por Julio César]

A finales de los 90’s y principios del nuevo milenio, cuando la popularidad del Nu-metal iba en ascenso y las bandas de metal populares optaron por volver su música más accesible para mantenerse vigentes y satisfacer las necesidades de un nuevo mercado y una nueva generación de fanáticos, el futuro del metal más auténtico se tornaba relativamente incierto y el panorama underground se vislumbraba poco alentador. Incluso el black metal, movimiento que en sus primeros tiempos se caracterizó por mostrarse reacio ante las banalidades del mundo moderno expresando su inconformidad a través de música hostil y violenta, tampoco estuvo exento de este proceso de asimilación comercial. No obstante, en lo más profundo del underground se gestaban diversas propuestas que, cuando el metal atravesaba por un mal momento, le devolvieron a esta música su espíritu combativo.

Pese a albergar a dos de las grandes bandas que cimentaron las bases del metal extremo (Sarcófago para el black metal y Sepultura para el death metal), Brasil no ha sido, precisamente, un país demasiado prolífico en lo que respecta al surgimiento de bandas que tuviesen la misma relevancia e influencia que las mencionadas anteriormente. Sin embargo, los grupos menores también tenían algo que decir.

Tal es el caso de una de las tantas formaciones que retomaron los ritmos iracundos y veloces de grupos símbolos del underground como Angelcorpse y otras formaciones afines: nos referimos a los brasileños Abhorrence (no confundir con la banda finlandesa del mismo nombre), quienes no solo ejecutaban música despiadada y voraz, sino que también entendieron el mensaje oculto dentro de la misma, partiendo de un lenguaje musical concreto para materializar una idea original que, aunque no tuvo continuación ni la exposición suficiente fuera del círculo clandestino, supuso un hito en la corta carrera de la banda por la sensibilidad compositiva con la que abordó este tipo de sonido y el enfoque que le dio.

La composición en sí está articulada en torno a un rudimento de riffs aerodinámicos pero rítmicamente variados que se alternan entre sí para impulsar las canciones y crear la sensación de tensión y movimiento mediante diversas texturas, en las que se incluyen solos al estilo Slayer hábilmente introducidos a mitad de la canción para acentuar lo que de otra manera sería un tapiz sonoro más plano. Por otra parte, la producción seca y sin tanta presencia de graves complementa la percusión intensa y la cascada de riffs robustos. Este aspecto se solidifica mediante la adición de voces al estilo Deicide que, junto con una técnica depurada proveniente de los Morbid Angel o los Vader más capaces, los hace destacar por encima de otros intentos dentro de este ámbito, conservando una identidad propia pese a contener múltiples influencias dentro de un formato aparentemente tan compacto.

A diferencia de los álbumes que pretenden evocar diversas atmósferas e imágenes en el subconsciente a través de composiciones lentas y largas, Evoking the Abomination golpea fuerte y no duda ni un segundo en ir al frente de la línea de batalla. Con una duración aproximada de treinta minutos, este álbum logra algo que hasta ahora muy pocos han conseguido: agrupar una vasta cantidad de contenido en dimensiones bastante reducidas sin perder la dirección ni el equilibrio entre técnica y agresividad, dando como resultado un compendio de canciones competentes de death metal furioso que resiste las escuchas repetidas. Breve pero efectivo.

Escuchando: Conjureth – 2023 – The Parasitic Chambers


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