JULIO DE 2020 - WIKING 1940 - W (2020)Nuestro disco de este mes es tan oscuro como peculiar, y nos llega desde la ciudad de Vicenza, en el norte de Italia, de la mano de una formación conocida como Wiking 1940. Pese a su breve andadura, estos italianos tenían ya varias publicaciones a sus espaldas, pero ninguna de ellas resultaba realmente lograda a oídos de este cronista. Su demo de 2017, Kopfjagd, auguraba sin excesivo brillo el estilo de black metal crudo pero melódico con batería programada que iba adoptando el grupo. En la misma onda, su debut Destruction of Dresden exhibía buenas melodías dentro de la vertiente emotiva y directa propia de la Europa meridional, pero no conseguía apuntar en una dirección concreta. Un año más tarde, el grupo sacó un segundo álbum, Shoganai, lastrado por un uso excesivo de interludios y por la misma indefinición que torpedeaba a su predecesor. Sin embargo, en su tercer asalto en el formato largo, escuetamente titulado W, esta formación se sacude sus anteriores flaquezas y purga su fórmula para resaltar toda la fuerza expresiva de la que es capaz, ofreciendo por fin algo realmente interesante. Wiking 1940 - W (Autoeditado, 2020) Aunque el tema que abre el disco tenga claros paralelismos con Veneror, una formación ubicada en la misma región, el Véneto, casi todos los que siguen tienen más que ver con Kshatriya, otro grupo italiano del mismo estilo crudo y melódico. A pesar de su simplicidad, la fuerza de este planteamiento radica en el poderío de sus riffs individuales, tan potentes como llamativos, que acaparan la atención e inyectan una tremenda energía a intervalos regulares. Cada uno de ellos se explaya con tranquilidad hasta ser relevado por otro riff no menos conseguido. La forma de tocarlos es un tanto descuidada, y a veces la guitarra se descuelga de la percusión y parece perder el ritmo, lo que probablemente sea un rasgo deliberado que busca una crudeza de sonido aún mayor que la ofrecida por una producción clara pero modesta, de indudable fabricación casera. Los dos miembros del grupo van alternando sus voces en un estilo muy similar al de Hate Forest, con una voz aguda que asume el papel principal y otra grave que hace los coros desde un segundo plano, declamando letras escritas todas en inglés salvo las dos últimas, que están en italiano, lo que no solamente es más apropiado sino que además resulta mucho más expresivo en cuanto a la fonética, como bien demostraron los también venecianos Fourth Monarchy. La batería programada se nota demasiado, y quizá sea de las peores cosas que tiene el álbum, pero la parte positiva es que esto permite que la atención del oyente se centre en las guitarras, concretando así la propuesta. La música de Wiking 1940 no obedece a ninguna fórmula sorprendente ni novedosa, pero funciona muy bien por su ligereza y dinamismo, siendo muy superior a la media dentro del ámbito del raw black metal al uso. Otra de sus virtudes es la brevedad, ya que los temas no son nada largos y duran únicamente lo que dan de sí, sin estirarse innecesariamente. Esta vez, el grupo mantiene al mínimo los interludios y los samples extraños, evitando que el disco parezca un documental televisivo convencional sobre la Segunda Guerra Mundial, como lo fueron sus predecesores. Cada pista pasa a la siguiente prácticamente sin pausa, y todas ellas saben cuándo frenar el martilleo para volver a arrancar poco después con más fuerza, imitando el auténtico caos frenético e inabarcable de un campo de batalla. Incluso el último tema termina de forma abrupta mucho antes de que la pista llegue a su fin, cosa que uno no sabe si atribuir a un efecto de confusión deliberado o a una forma de obrar descuidada no menos voluntaria, o tal vez a ambas cosas. A diferencia de la mayoría de grupos de black metal “low-cost”, en este caso la atmósfera se genera a través de lo sugerido por los riffs y no mediante repeticiones infinitas o monotonía continua, lo que explica que funcione tan bien. El disco convence con elementos de lo más sencillo, lo que suele ser un acierto. ESTE DISCO PUEDE ESCUCHARSE EN SU INTEGRIDAD EN Lo más interesante de este álbum, que por lo demás es tan modesto como los medios que lo han hecho posible, es que sea tan directo y auténtico, desprovisto de florituras, mostrando únicamente la esencia de lo que el grupo quiere expresar, en una época en la que las formaciones de negro metal que van al grano son más bien escasas. Esta inmediatez no se extiende, por fortuna, a los títulos de las canciones, de una germanofilia más velada que en anteriores ocasiones, aunque el propio nombre Wiking 1940, que remite a una división de las SS, o el hecho de que uno de los dos músicos lleve por apodo “Lord Himmler” no parecen dejar mucho margen para la ambigüedad. En todo caso, la ideología no trasluce tanto como una genuina fascinación por la Segunda Gran Guerra, una inspiración que comparten no pocos grupos de su país y que, en este caso, brinda frutos bastante provechosos. Hay que señalar que aquí todavía hay margen de mejora de cara a futuros trabajos, precisamente porque la sencillez que celebrábamos hace unas líneas es una fuente que se agota pronto y el riesgo de estancamiento es grande, pero en este disco la materia prima se ha modelado de la manera correcta y el resultado es satisfactorio. Esta música puede sonar simple o poco especial, pero gana con cada escucha, y posee un fondo de energía y vitalidad que no parece tener fin. Belisario, julio de 2020 |
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