Cada vez son más los grupos de black metal que eligen los últimos días del año para publicar material nuevo, con la esperanza de pasar desapercibidos entre la vorágine de listas de favoritos que inunda el mes de diciembre y apelar así únicamente a los verdaderos devotos. En esta web no tenemos prisa, así que aunque no figuren en nuestra selección de fin de año por motivos estrictamente temporales, nos tomamos el tiempo de examinar un poco más tarde aquellos que más interés despiertan. Y quizá hasta les demos un disgusto incluyéndolos en nuestra lista del año siguiente, como hicimos hace un par de meses con Abigor.

Birkental – Peccatum Mortiferum (2024)

(Void Wanderer Productions, 13 de diciembre de 2024)

Este dúo de black metal de la Cuenca del Ruhr, de recentísima creación, se estrena con un debut dedicado a los pecados capitales y letras íntegramente escritas en alemán. Llama la atención su fijación por el sonido de la primera ola, ya que adopta el estilo de unos Master’s Hammer, en el tipo de riffs y la percusión, y lo combina con el uso que hacía Necromantia del bajo eléctrico como instrumento principal, sin que la ausencia de guitarras suponga carencia alguna. Las canciones son lo bastante diversas como para poder distinguirlas, y presentan un elevado grado de arreglos e instrumentación, un poco a la manera estrambótica de Sigh, aunque las estructuras estrofa/estribillo resulten un tanto convencionales. La propuesta atrae por lo inusual del planteamiento y la solidez de la composición, pero en términos generales quizá tenga más de ejercicio de estilo que de auténtica revelación. Estaremos atentos a los siguientes pasos de este grupo ciertamente prometedor.

Espiritismo – La misteriosa influencia del poder mental (2024)

(Sons of Hell Prod., 25 de diciembre de 2024)

Nuevo y quinto disco de esta consolidada formación porteña, que como ya es tradición vio la luz el mismo día que el niño dios. Es gratificante comprobar cómo este álbum es netamente mejor que el anterior, que quizá apareció de manera un tanto apresurada. Las canciones tienen más solidez e identidad, dentro del mismo planteamiento esotérico de siempre, sobre fondo de black metal crudo y básico pero con suficiente agilidad y variedad de formas, y con letras recitadas que parecen homilías satánicas. Aunque resulte algo menos sorprendente que Fragmentos de mundos paralelos (2020), seguramente su mejor disco hasta la fecha, este nuevo título entronca con el formato exhibido en Al responder de los muertos (2017) en sus temas largos y homogéneos, que aquí se muestran en una versión más firme y optimizada, un poco previsible, todo hay que decirlo, pero no por ello exenta de poder e intensidad.

Gnipahålan – Folkstorm (2024)

(Purity Through Fire, 25 de diciembre de 2024)

El disco anterior de esta formación (I nordisk vredeslusta, 2022) no llamó mucho la atención de quien suscribe, pero en este tercer álbum sí que ha visto algo más. Se trata de una versión reelaborada del estilo sueco de black metal melódico pero áspero de unos Setherial, con mucha influencia de los grupos noruegos, sobre todo Emperor, pero también Immortal y Gorgoroth. El enfoque también es más oscuro y denso, y la producción mucho más espesa, lo que consigue dar un toque distinto a un paisaje por lo demás ampliamente familiar. El grupo sabe generar muy bien la tensión y resolverla con convicción en la conclusión de unos temas largos que alcanzan puntos culminantes muy logrados, en los que sale a relucir la razón de ser de tanta extensión. Folkstorm no es nada nuevo ni por asomo, pero causa una grata impresión tanto a efectos texturales como compositivos.

CMPT – Na utrini (2024)

(Osmose Productions, 27 de diciembre de 2024)

Segundo álbum de estudio de este grupo iniciado como proyecto unipersonal del multi-instrumentista serbio que estuvo en Kawir durante la época del Isotheos, ahora acompañado de una formación completa, y centrado temáticamente en su cultura local, con un marcado deje campestre, una tendencia de lo más recurrente en el black metal. Como cabía suponer, la música tiene claras influencias de la escena griega, pero también se oyen ecos de Burzum y de otras variantes, como un black más enérgico a la manera de Infamous, en una fórmula bastante diversa y lograda, sobre todo en los temas más veloces. El planteamiento y el estilo resultan convincentes, pero el álbum en conjunto es excesivamente largo y disperso, igual que muchas de las canciones (como el penúltimo corte, que se limita a repetir una misma melodía durante 8 minutos), lo cual diluye en gran medida su potencial, a pesar de la buena impresión general. Veremos si el capítulo final de la actual trilogía es capaz de subsanar, aunque sólo sea en parte, este defecto.

Escuchando: Sacrilege – 1987 – Within the Prophecy