Apokatastasis – The Withering of the Disconsolate (2024)


Apokatastasis – The Withering of the Disconsolate (Autoeditado, 11 de septiembre de 2024)

Tras dos intentos previos algo infructuosos, esta peculiar formación unipersonal estadounidense de Phoenix, Arizona, consigue por fin sacar un larga duración realmente logrado, y eso que paradójicamente se trata de su publicación menos innovadora hasta la fecha. Para su segundo álbum completo, Apokatastasis deja atrás la mezcla de brutal death y black metal emotivo a lo Infamous que llamó la atención en su primer EP, así como la posterior fórmula, en la que sumaba un flirteo con estilos más viejos de black metal entre lo ocultista y lo sinfónico, para centrarse en un death metal más puro y canónico en el que alcanza al fin sus mejores resultados compositivos. Este nuevo disco es potente y variado, con una estructura sólida que conserva la dosis justa de elementos inusuales como para seguir resultando distinto y personal.

En esta su propuesta más conservadora hasta el día de hoy, el individuo que pilota este proyecto parece haber dado con las teclas adecuadas al reducir la cuota de brutal death e introducir más desarrollo, más y mejores riffs y una arquitectura más compleja. Dispuestas sobre una percusión un tanto enlatada, las líneas de bajo y guitarras se combinan en secuencias bien hilvanadas que conducen a conclusiones lógicas tras un largo y emocionante deambular. Se añaden a la mezcla algunos teclados y efectos tan edulcorados que podrían casi calificarse como kitsch, pero que puestos en contexto funcionan a modo de contrapunto ciertamente original. No obstante, es la solidez compositiva la que asegura que todo llegue a buen puerto y que los elementos llamativos sean meros complementos de la atracción principal.

En su forma de construir las canciones y en el carácter percusivo de las mismas, además de la predominancia de melodías cromáticas, este disco se asemeja un poco al estilo de Immolation, aunque su punto de vista sea totalmente opuesto, ya que aquí asoma una manifiesta temática cristiana, más evidente aún que en el debut, que llega a influir también en algunas elecciones estilísticas que en ocasiones buscan suavizar o mitigar el conjunto. Quien suscribe está convencido de que las personas que imprimen su visión religiosa cristiana al metal extremo que practican sufren algún tipo de esquizofrenia que les hace querer fusionar dos mundos fundamentalmente incompatibles, pero también sabe apreciar cuándo la música funciona por sí misma y es digna de escrutinio, como ocurre aquí

El único reproche que podría hacerse a este disco es su prolongada duración, aunque esta permite extender las canciones en pasajes bien diferenciados que producen un todo superior a la suma de las partes. Algunas emplean largas frases melódicas muy llamativas con riffs propios del black metal en estructuras death, un poco como hacían Averse Sefira –otro grupo muy influido por Immolation–, que encaminan en cada caso la acción hacia finales muy logrados. Aparecen solos sencillos de vez en cuando, más artesanales que virtuosos, que terminan de apuntalar una fórmula muy completa, tal vez algo menos original que antes en cuanto a estética y contenido, pero también más firme y disfrutable. Será interesante descubrir qué traerá el próximo episodio de la rápida y fascinante evolución de este grupo.

Escuchando: Tormentor – 1987 – The Seventh Day of Doom (Demo)


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