El mejor metal de la década 1999-2009
Esta lista no va a granjearme amistades en las grandes discográficas, las que quieren hacernos comprar la última basura que han sacado, grabada por algún grupo indie que por ironías del destino acabó tocando heavy metal. No le dará puntos a quien la lea de cara a la escena más true e intransigente, ni tampoco le servirá a nadie para impresionar a sus amigos mostrándoles lo abierto, guay y original que es uno. Lo que sí hará es volver a despertar su interés por parte del mejor heavy metal de la última década, y ello a pesar de que éste ya de por sí era tan bueno que no hizo falta alabarlo ni publicitarlo para intentar venderlo, razón por la cual le perdimos la pista a medida que los años fueron pasando.
Demoncy - Joined in Darkness (1999, Baphomet)
Justo cuando el black metal empezaba a descubrir los teclados y la música de carnaval siniestro, este rugido de crudísima producción salió de lo más profundo del infierno para volver a la esencia y hacer estallar nuestros oídos. Con un sonido emparentado con el de Incantation y Havohej, los primitivos riffs de sus canciones soberbias y elegantes siguen manteniendo intacta su fuerza una década más tarde.
Profanatica - Profanatitas de Domonatia (2007, Hell's Headbangers)
Retomando años más tarde una carrera interrumpida con excesiva prontitud, Profanatica recuperan los riffs primarios de sus primeros discos y los entrelazan en melodías más extensas a la manera de un grupo de death metal sueco, creando una atmósfera persistente de ocultismo y oscuridad.
Antaeus - Cut Your Flesh and Worship Satan (2000, Baphomet)
Este disco suena como una batalla, con ritmos entrecortados y riffs que se entrechocan, de los que sin embargo emerge una concepción sublime de la melodía en uno de los últimos álbumes que realmente conservan el espíritu de la vieja escuela black metal de principios de los noventa.
At War With Self - Torn Between Dimensions (2005, Free Electric Sound)
La mayor parte del metal técnico suele ser aséptico y artificial, pero At War With Self encuentran una voz que envuelve con suavidad una jam session de metal progresivo y jazz en torno a riffs heavy metal y emociones.
Immolation - Unholy Cult (2002, Olympic)
Immolation logran algo fuera de lo común: hacer death metal técnico que no tenga por único objeto exhibir un virtuosismo exacerbado, sino una técnica compositiva sólida y contundente que nunca pierde el hilo. En este álbum, las virguerías de las guitarras son el complemento adecuado para el fuego de las historias narradas por unos temas intensos y evocadores.
Beherit - Engram (2009, Spinefarm)
Como si de un intento de resumir el black metal de los últimos veinte años se tratara, Beherit firman un álbum en la onda de los primeros Bathory, pero actualizándolos con perspicacia y singularidad, grabando un símbolo complejo que requiere repetidas escuchas para ser descifrado.
Skepticism - Alloy (2008, Red Stream)
El funeral doom extiende oleadas marchitas de ruido distorsionado sobre unos teclados fúnebres, arrastrándonos a través de un canto mortuorio lleno de dolor, que Skepticism no obstante plantean como un interesante estado mental que puede ser explorado y que incluso se puede disfrutar.
Ildjarn-Nidhogg - Ildjarn-Nidhogg (2003, Northern Heritage)
Con sus riffs minimalistas y una incesante percusión ultraveloz, Ildjarn es un grupo que uno ama u odia por cómo suena, pero ocultas tras todo ese ruido se esconden escuetas piezas musicales trascendentes que alcanzan con suavidad lo más profundo de la mente humana.
Gorguts - From Wisdom To Hate (Olympic, 2001)
Partiendo de su brutal death metal sutilmente melódico, Gorguts le dan mil vueltas hasta extraer de él estructuras complejas, mecanicistas, que siguen los modelos de la música clásica y emplean temas múltiples.
Summoning - Oath Bound (2006, Napalm)
Para trasladar al black metal el sonido de los remotos parajes tolkienianos, Summoning ralentizaron el estilo, pero tocando en registros más altos y con mayor rapidez que los grupos de doom metal, entretejiendo teclados y riffs de guitarra más largos para crear un metal ambiental.
Blaspherian - Allegiance To The Will Of Damnation (2007, Blood Harvest)
Blaspherian demuestran que el death metal underground de la vieja escuela no está muerto, con esta música al estilo de 1991 a la que se suma la experiencia acumulada por años de metal atmosférico, canalizada hacia unos riffs que se asemejan a un pensamiento subconsciente con sus ritmos y formas extrañamente familiares.
Celtic Frost - Monotheist (2006, Century Media)
De vuelta de una historia reciente de comienzos fallidos, Celtic Frost recuperan su sensibilidad de 1987 y la modernizan, mezclando metal industrial, gótico, speed metal y un mórbido death metal en un álbum lleno de energía y a la vez totalmente sombrío.
Graveland - Memory and Destiny (2002, No Colours)
Para ser épico, el black metal tiene que transportarnos desde nuestra realidad presente hasta un pasado vasto y sin ley, a través de una frontera que Graveland abre de par en par con su black metal marcial y bárbaro.
Cosmic Atrophy - Codex Incubo (2008, Metalbolic)
En una época en que el metal tiende a sistematizarse cada vez más, Cosmic Atrophy surgen para ponerle al género una nota bizarra con una voz única inspirada por Demilich, Timeghoul, Voivod y todos los demás grupos del otro lado.
Avzhia - The Key of Throne (2004, Old War)
Combinando un black metal fluido con ritmos de batería rápidos y marciales, Avzhia toman el relevo de Emperor allá donde éstos se quedaron, e insuflan a la mezcla la conciencia apremiante propia del mundo actual junto con una percepción cruda, nihilista, salvaje y viva del combate.
Legion Of Doom - The Horned Made Flesh (2008, Zyklon-B)
Similar al rugido de un león cuando va a la caza, este disco hace de su sonido destructor una señal para el ataque, uniendo crudos riffs black metal y teclados melódicos en pos de una experiencia auditiva que roza lo onírico.
Slayer - World Painted Blood (2009, American)
Después de largos años sin una voz artística propia, haciendo suya la visión particular de muchos otros grupos, Slayer dejan de lado la mayor parte de las influencias del “metal moderno” y retoman su sonido de 1992 en canciones más sencillas que emplean ritmos rockeros pero mantienen la aspereza de los riffs clásicos del grupo.
Sammath - Triumph in Hatred (2009, Folter)
Uno podría pensar que el black metal murió y acabó tan mezclado con otros estilos que terminó por quedarse sin voz propia, pero eso sería antes de descubrir el black metal de Sammath que, cuidadosamente impregnado de las técnicas propias del death metal, constituye un testimonio de agresividad que suena como una mezcla de Zyklon-B con Angelcorpse.
Motörhead - Inferno (2004, Sanctuary)
Motörhead han hecho carrera en base a mantener intacta su fórmula original, y este disco no es una excepción, pues entronca de manera natural con los anteriores, pero a la vez es más compacto, más rápido y oscuro que la mayoría.
Asphyx - Death... The Brutal Way (2009, Ibex Throne)
Logrando la hazaña de volver veinte años después con un disco tan bueno e íntegro como el primero, Asphyx traen de la mano riffs básicos y pesados y mucha reiteración, pero también estructuras musicales que ponen de relieve la profundidad de los contrastes y otorgan a sus canciones una amplia atmósfera.
Para una versión más detallada de esta lista (en inglés):
Amazon.com
Examiner.com
(traducción del artículo publicado en el Dark Legions Archive el 15.12.2009) |