Como un hálito oscuro de fantasía prohibida, el black metal llegó a un mundo de contenedores bien ordenados y los roció con sangre espumeante, negra bilis y, sobre todo, inoculó una venenosa incertidumbre en el estilo de vida seguro e igualitario pero aburrido que caracteriza al primer mundo. En dicho género, Mayhem fue el grupo que por pura perseverancia evolucionó hasta convertirse en uno de los fundadores del estilo moderno de black metal, pero esto solamente fue posible después de años dando palos de ciego en la oscuridad y la confusión de las tendencias fatalistas que finalmente llevarían al colapso artístico del grupo.

 Fundado a principios de los ochenta por Oystein Aarseth o “Euronymous”, el grupo publicó dos maquetas que partieron de lo que Bathory y Celtic Frost habían logrado, volviéndolo más minimalista, menos coherente y más difícil de escuchar; creando el primer género de música verdaderamente antisocial. La segunda maqueta, Pure Fucking Armageddon, presentaba atributos de crustcore extremo introducidos en un estilo fracturado de heavy metal, y se convirtió en blanco de las críticas por parte de un mundo del metal que por aquel entonces acababa de empezar a aceptar a Morbid Angel, Kreator, Destruction y otros como nueva forma de “música”.

 Con el paso del tiempo, se produjeron dos hechos importantes: primero, Mayhem publicó Deathcrush, su primer trabajo editado y la mejor instantánea del estilo musical que trataban de crear; después, el vocalista Per Yngwe Ohlin, “Dead”, de la formación sueca Morbid, se unió a Mayhem para sustituir al anterior cantante, Maniac. En un primer momento, el underground se tomó su tiempo antes de empezar a aceptar esta nueva música, pero pronto surgió un sector bien acotado afín a Mayhem: el de aquellos que rechazaban el deseo de racionalidad, al estilo modernista, que el death metal representaba. Como dijo Euronymous, “el black metal es tan extremo que no todo el mundo puede entrar en él. Esto no es ningún hobby divertido que unos niños estúpidos puedan tener al volver a casa después del colegio”.

 Con la entrada de Dead, el ímpetu conceptual que dirigía al grupo varió, y pronto la música robusta y deliberadamente descuidada de Deathcrush empezó a mutar en una variante más arreglada y melódica, con más cambios dinámicos en las canciones, estableciendo distintos “escenarios” para narrar historias, como una especie de micro ópera con guitarras estridentes y voces aullantes. De la misma forma, la apariencia del grupo pasó de camisetas y vaqueros a ropa negra, botas negras y pintura facial (corpsepaint) blanca y negra. En concierto, Dead se hacía cortes a sí mismo, rodeado de cadáveres y cabezas de animales sacrificados. Rechazo en bloque de la positividad, la compasión y el enfoque en las vidas individuales propio del humanismo democrático, la nueva apariencia y música de Mayhem ponían de relieve todo lo que tiene de audacia, horror, ambigüedad moral y muerte la propia vida. Para entenderlo, era necesario comprender que la pasión puesta en la música era una afirmación de la vida, pero una vida distinta de la que se promovía en los países nórdicos nominalmente cristianos.

 Tras este cambio, el seguimiento de Mayhem experimentó un aumento, debido en especial a que su imagen tan distinta como característica los situó por delante de cualquier otra formación del mundo del metal por ser un grupo menos sociable, y por lo tanto más extremo. Mayhem dio una serie de conciertos por Europa, pero las sesiones de grabación y composición fueron esporádicas, por lo que aquella época no dio muchos frutos en forma de material. Ésta terminó cuando Dead, en un instante de nihilismo y oscuridad en 1991, se abrió las muñecas con un cuchillo y se voló la cabeza con una escopeta, dejando tan sólo una nota: “Perdón por la sangre”. Al regresar a la casa compartida en la que vivía el grupo y descubrir el cadáver ya frío, Euronymous tomó pedazos del cerebro y los añadió a un guiso de jamón y verduras por el placer de comer carne humana; el batería del grupo, Hellhammer, tomó pedazos desprendidos del cráneo y los usó para hacer un collar. Como si de un ritual primitivo se tratara, los miembros de Mayhem mostraban sus respetos en la muerte igual que en la vida: con frialdad, oportunismo salvaje y negación de cualquier “santidad” o “sentimientos” de cara a la vida, incluso la de un amigo y colaborador. Como dijo Euronymous más tarde, hablando de su forma de “maldad”: “Básicamente es un odio a la humanidad. No tengo amigos, tan sólo los tíos con los que me he aliado. Si mi novia muere no lloraré, profanaré su cadáver”.

 Durante esta época, Euronymous y su grupo desempeñaron un papel fundamental en el surgimiento de un nuevo grupo social o “escena” black metal, centrado en torno a su tienda de discos en Oslo, llamada “Helvete” (Infierno). La planta baja era un intento de comercio de aspecto sombrío y fúnebre en el que el odio y la desvinculación de la actividad comercial eran tan sólo una de las múltiples barreras para posibles compradores, pero el piso de arriba era una sala de ensayo de cuyas paredes colgaban armas y banderas nazis sobre instrumentos decorados con cruces invertidas. Por el día, la tienda era un lugar de reunión para músicos y fans de naturaleza antisocial; de noche, Euronymous adoctrinaba a aquellos que pudieran ser útiles para la escena invitándoles a fiestas salvajes en las que un consumo orgiástico de alcohol daba pie a automutilaciones y, finalmente, profanaciones desenfrenadas de cementerios e iglesias. Euronymous creó también el primer sello discográfico del movimiento black metal moderno, Deathlike Silence Productions. A pesar de que estos acontecimientos iban en contra de todos los valores de la sociedad noruega de aquel tiempo, las autoridades se mostraron permisivas, y no ataron todos los cabos hasta mucho después.

 Fue en aquel momento cuando se unieron al círculo muchas personas de ideas extremistas, como el skinhead metido a rockero Kristian Vikernes, que también tocaba en Burzum, y de hecho se unió a Mayhem como bajista. Vikernes era un interesante contrapunto a quienes habían llegado con anterioridad; compartía su odio por la vida pero, al igual que Dead, cultivaba una extraña pasión por la vida a través del arte, y parecía valorar el tiempo que pasaba en la naturaleza, lejos de la gente y de sus reglas imaginarias. Su propósito podría resumirse mediante su afirmación más llamativa: “Concibo Burzum como un sueño sin anclaje en la realidad. Se trata de estimular la fantasía de los mortales, hacerlos soñar”, una sustitución del moralismo por el etos suprarromántico de la aventura y el clasicismo heroico. Entre el neoclasicismo gótico de Dead y el romanticismo posmoderno de Vikernes, el black metal se convirtió en algo más que un estilo de música, pasó a ser una herramienta de cambio ideológico y social para dejar atrás una sociedad moralista y fuertemente reglamentada. Vikernes de nuevo: “Nuestro objetivo es crear tanto miedo, caos y agonía como sea posible, para que la sociedad cristiana, amistosa y estúpida, llegue al colapso. No nos interesa que la verdad salga a la luz. Al propagar mentiras creamos confusión, la confusión lleva al caos y finalmente al colapso. La gente vivirá oprimida, y nosotros apoyamos todo aquello que oprima al hombre y le arrebate la conciencia de ser un individuo libre”.

 Fue parte de esta negación de la superioridad de las vidas individuales sobre las ideas, emociones e incluso actividades del mundo real lo que contribuyó a que ocurriera lo que tuvo lugar a continuación. Dos polos opuestos existían en el black metal, el fatalismo y la negatividad de Euronymous frente a la doctrina política y violenta de Vikernes, y ambos llegaron al conflicto a través de las dos personalidades. Vikernes asegura que Euronymous retrasó la publicación de los discos de Burzum (en Deathlike Silence) al gastarse el dinero destinado a ello en sus propias aficiones degeneradas; Euronymous presumiblemente no le prestaba mucha atención, ya que estaba más interesado en el inminente álbum de Mayhem, que avanzaba con lentitud debido a los conflictos de personalidad dentro del grupo. Finalmente, la realidad se hizo eco de las proyecciones imaginarias: en la noche del 10 de agosto de 1993, Euronymous fue apuñalado mortalmente por Vikernes; de las 26 cuchilladas, 2 fueron en la cabeza, 5 en el cuello y 19 en la espalda. Así es como dio comienzo la transformación de Mayhem en leyenda, puesto que suministró al black metal en sentido moderno no solamente su primer modelo de técnica e imaginería, sino también sus primeros mártires. Dead fue alabado en un disco publicado en 1992, Live in Leipzig, que reproducía un concierto excesivamente sangriento y violento del grupo en Alemania oriental. Sumando fuerzas con Attila Csihar de Tormentor, los miembros restantes de Mayhem sacaron De Mysteriis Dom Sathanas, uno de los discos de black metal más apasionados que jamás hayan visto la luz, y sin embargo una obra firmemente asentada en los estilos de heavy metal old school de Venom/Bathory. Su nihilismo era tan grande que dejaron las líneas de bajo de Vikernes en el álbum, junto a las partes de guitarra tocadas por el hombre al que éste asesinó, afirmando ante la prensa que las habían eliminado para no buscarse problemas de cara a la familia de Euronymous.

 Pese a que la vida de sus miembros transcurrió en buena parte antes de ambas muertes, y a que su producción más épica había sido creada con anterioridad, al menos en su forma conceptual, no fue hasta después de éstas cuando la importancia social y política de Mayhem fue reconocida en su integridad. En primer lugar, supuso para mucha gente un punto central mediante el cual era posible identificar al nuevo movimiento, y generó toda una ola de publicidad, en especial en consonancia con las noticias de la quema de 22 iglesias en Noruega, la mayoría por parte de “satanistas”. Y lo que es más importante, el propio Euronymous se convirtió en la figura central, y sus ideas (y las de Dead y Vikernes, que ejercieron una gran influencia sobre él) fueron analizadas y discutidas en todo el mundo. Esto no solamente influyó en los fans, sino que sellos y grupos de todo el mundo empezaron a valorar la importancia del nuevo movimiento black metal: a diferencia de cualquier tipo de música popular desde los años sesenta, esto era chocante de verdad. En el black metal, la gente vivía al límite y luchaba hasta la muerte, algo sobre lo que los grupos de metal siempre habían cantado, pero sin llevarlo a la práctica, para mofa de los punks y otros colectivos underground. La imagen de Helvete, la “iglesia de la anti-vida”, se volvió un símbolo predominante a ojos de muchos a la hora de conceptualizar nuevas formas de expresión social para el ímpetu contrario al exceso de socialización compartido por el black y el heavy metal. En los años posteriores a la muerte de Euronymous, el enfoque que éste instauró en la escena hizo que experimentara un auge espectacular, así como una muerte súbita, ya que a finales de 1997 el género ya se hallaba inundado de grupos comerciales al estilo mainstream.

 El grupo en sí siguió adelante, a través de dos trabajos principales, Wolf's Lair Abyss en 1997 y A Grand Declaration of War en 2000, intercalados con numerosos discos en directo y reediciones. Mientras que De Mysteriis… sigue siendo su obra más popular, Wolf's Lair Abyss es para muchos un álbum de black metal muy competente, en la onda de Satyricon mezclada con lo antiguo de Mayhem, lo que da como resultado el mismo impulso rítmico que en De Mysteriis… pero con un grado menor de aquella ausencia de coherencia absoluta en las canciones, propia de la ópera. A Grand Declaration of War es un disco más problemático, ya que se desvía hacia un estilo math metal y seudo progresivo, lo que redunda en un álbum que parece más una banda sonora que algo para escuchar en primer plano, y presenta influencias de Marilyn Manson tanto en la composición como en la imagen. Debido a esto, y a otros factores como la comercialización a gran escala del black metal durante los últimos seis años, Mayhem en la práctica ha muerto para el underground, siendo una figura menor con un sector de fans leales en la escena de metal mainstream de nuestros días. Sin embargo, para cualquiera que se adentre en el black metal, la multitud de voces que recomiendan De Mysteriis… causa su efecto, ya que dicho álbum sigue vendiéndose a buen ritmo, y muchos lo alaban como una obra inmortal dentro del metal, con un espíritu sin parangón en un género repleto en su mayor parte de gente furiosa de escasa imaginación.

 Independientemente del tedio actual de las ventas de discos y los concursos de popularidad, Mayhem ejerció una influencia indeleble no solamente sobre el metal, sino sobre la música de resistencia a la socialización en general. Su ideología (una mezcla de fatalismo inexpresivo, fascismo y atavismo salvaje) fue transmitida por numerosas voces asimismo frustradas por el igualitarismo centrado en la compasión propio de la sociedad del primer mundo, que predica que evitar la muerte es más importante que lograr cosas heroicas o apasionadas. El black metal, y de forma más visible Mayhem, se revolvieron contra este esquema de pensamiento. “Los auténticos satanistas son superhombres”, afirmó Euronymous en una entrevista hoy controvertidamente célebre. Unos años más tarde, Vikernes ofreció una visión más clara: “La lucha es evolución, la paz degeneración”. Esto no fue del agrado no sólo de cristianos y judíos, sino también de muchas personas dependientes de la sociedad y de su compasión hacia los menos capaces en general, que pusieron el grito en el cielo en contra del black metal por ser una música de “odio” o “intolerancia”. A pesar de que todos ellos visiblemente desearían clasificar al black metal en una categoría enteramente política, el talento artístico y la imaginación en bruto de un grupo como Mayhem hacen que esto resulte una visión unidimensional del asunto. Como dijo Ihsahn, de los también nórdicos Emperor: “Nunca me comprenderéis, porque vosotros sois el público sentado en las butacas viendo una película de terror. Yo estoy en la pantalla.” No hay lugar en la sociedad actual para grupos como Mayhem, que están más allá de sus reglas y su condicionamiento mental, y siempre lo estarán. Por esa razón, allá donde brote la angustia debido al predominio social surgirán nuevos fans de las obras fundamentales de Mayhem, que no solamente sobrevivirán a sus creadores, sino que serán para siempre un mito más grande que la propia vida.

(traducción del artículo Mayhem, A history of one of metal's most radical acts
publicado en el Dark Legions Archive el 13.08.2005)