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AGOSTO DE 2019 - DISCO DEL MES:
DESECRESY - TOWARDS NEBULAE (2019)


 Nos complace anunciar la reciente publicación de una nueva entrega de Desecresy, un grupo que a estas alturas no necesita presentación. Antiguo dúo convertido en proyecto en solitario con su álbum anterior, The Mortal Horizon, esta formación no ha tardado más que dos años en crear un nuevo disco que se inscribe claramente en la senda explorada hasta la fecha, pero consigue insuflar la suficiente originalidad y novedad como para brillar con luz propia. A diferencia de su predecesor, que era más místico y ritual, Towards Nebulae es más directo y pesado, y retorna en parte a la fórmula de su debut, Arches of Entropy (2010), que abordaba el estilo característico de Bolt Thrower desde una perspectiva más oscura y claustrofóbica. Lo que este nuevo álbum sí tiene en común con The Mortal Horizon es la clarividencia y habilidad con la que todo está dispuesto y ejecutado, un reflejo de la experiencia acumulada por el grupo y exprimida aquí obteniendo óptimos resultados.


Desecresy - Towards Nebulae (Xtreem Music, 2019)


 Alejándose de los experimentos en la producción que caracterizaron a su anterior título, en Towards Nebulae la mezcla es más equilibrada y potente, e incluso la voz suena mejor, lo cual es de agradecer. La propia fórmula de las canciones también es más uniforme, perdiendo algo de diversidad pero consiguiendo al mismo tiempo resultar más densa y envolvente. Desarrollando su arte con mano firme, Desecresy va tejiendo tapices sonoros con distintas capas que parecen querer ir por libre pero acaban solapándose de una forma que suena armoniosa pese a ser totalmente orgánica, logrando que hasta los ocasionales descuadres de la batería no parezcan un defecto sino un toque personal deliberado. Las secciones suelen repetirse brevemente pero de forma muy velada, transmitiendo una sensación de avance constante que, combinada con la destreza del grupo para generar suspense, mantiene viva la atención del oyente. El resultado es el mismo metal ambiental de otras veces pero en una versión más robusta y asertiva, y también algo más técnica en algunos aspectos, obviamente dentro de las limitaciones propias de una one-man band.

 Como en anteriores episodios, la formación helsiguina destaca especialmente a la hora de crear una tensión que se alimenta de la alternancia entre, por un lado, partes sueltas de tapping, riffs armónicos individuales y algo que podría describirse como “minisolos” y, por otro, secciones compactas de doble guitarra y batería que aparecen justo después de las primeras a modo de contrapunto, con una tremenda explosión de energía. Los frecuentes cambios de velocidad tienen un efecto similar, aunque mucho más sutil, y contribuyen a un dinamismo continuo que otorga fluidez a lo narrado. Desecresy emplea en ocasiones introducciones más o menos largas que marcan el tono a seguir y presagian lo que va a venir después, o bien utiliza un mismo motivo característico que abre y cierra la canción, con un desarrollo intermedio que cambia la percepción de lo que técnicamente es el mismo elemento. Todo esto redunda en una variedad formal sorprendente para la sencillez de las partes individuales, con canciones que nunca se extienden más allá de lo necesario, una constatación también aplicable al disco en su conjunto.



 A pesar de los atractivos indudables de este álbum, es un tanto difícil alabar las virtudes de un nuevo título que, sin ser radicalmente diferente de nada de lo hecho anteriormente, logra encontrar una voz propia que lo hace, al menos en parte, nuevo y distintivo. Su artífice, Tommi Grönqvist, parece haber dado con una fuente de creatividad inagotable que ofrece siempre resultados altamente satisfactorios en la exploración de los mismos ambientes oscuros y sofocantes, cada vez con una interpretación ligeramente distinta. Los vastos paisajes sonoros de desolación y muerte, altamente evocadores y envolventes, encuentran su eco en los nombres de las canciones y los escuetos textos de las letras, que a su vez se reflejan en las ilustraciones que adornan la portada y el libreto, obra también del mismo Grönqvist, que además de artista gráfico ejerce asimismo de productor, afianzando así un control absoluto sobre su creación. Pocos grupos podrían presumir de seguir sonando igual de frescos y novedosos en su sexto disco de estudio, pero Desecresy es sin duda uno de ellos.


Belisario, septiembre de 2019





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